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Sepan que pueden escapar de la justicia de los hombres, pero ciertamente no escaparán del juicio de Dios.
¡Serpientes, generación de víboras! ¿cómo evitaréis el juicio del infierno? Mateo 23:33
Nota Bene
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MENSAJE
A LOS SOLDADOS DE CRISTO
(Actualizado el 01 01 2024)
Queridos
hermanos y amigos, en éstos momentos del fin de los tiempos, que
tenemos poco
tiempo para reconstruir la muralla, antes que la trompeta suene, nos
parece
importante lanzar una llamada a todos los verdaderos Soldados de Dios,
y a
todos los hipócritas y mentirosos que se hacen pasar por verdaderos
Soldados de
Dios, para que cada quien revise su posición y que cada quien afirme y
confirme
claramente su elección, según las consignas de Jesús en Apocalipsis
22:10-15: "10Y me dijo: No selles las
palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11El
que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo
todavía;
y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo,
santifíquese todavía. 12He aquí yo vengo
pronto, y mi galardón
conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13Yo
soy el
Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. 14Bienaventurados
los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para
entrar
por las puertas en la ciudad. 15Mas los perros
estarán fuera, y los
hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel
que ama
y hace mentira."
2-
Mensaje a los que
ponen condiciones para hacer la
obra de
Dios
Queridos
amigos, ustedes que dan la
impresión de comprometerse en la obra de Dios, y que para hacer este
trabajo,
astutamente exigen o los instrumentos del trabajo, o el apoyo material
o
financiero por tal o cual razón, o una remuneración que no digas su
nombre,
aquí está el mensaje de Dios para ti.
Primero:
Es tiempo de que comprendas que cada hombre que
sirve a Dios lo hace por su propio bien. Al servir a Dios, buscamos
nuestras
bendiciones, no las de Dios. Dios ya no necesita bendiciones, Él ya fue
bendecido. Al trabajar para Dios, buscamos nuestras coronas, no las de
Dios.
Dios ya no necesita coronas, ya las tiene. Al invertir nuestra fuerza
física,
dinero y talentos al servicio de Dios, acumulamos nuestros tesoros, no
los de
Dios. Dios ya no necesita tesoros, ya los tiene.
Segundo:
Debes comprender que hacer el trabajo de Dios es
un sacrificio. Dios mismo eligió sacrificar a su único Hijo para
salvarnos.
Jesús el Hijo unigénito de Dios se sacrificó por nosotros, para que
tengamos la
felicidad eterna que nos espera después de ésta vida terrena de
miseria. Y todo
verdadero hijo de Dios también debe sacrificarse para la gloria de Su
Maestro
Jesucristo, y para la salvación de todos aquellos por quienes Jesús
vino a
morir.
Tercero:
Es imperativo que comprendas que no le haces
ningún favor a Dios al servirle, y que no le haces ningún favor al
Siervo de
Dios al hacer la obra de Dios. Os hacéis a vosotros mismos un gran
favor al
servir a Dios. Es
un privilegio servir a Dios.
Dejen
de chantajear a Dios y al Siervo de Dios cuando quieran hacer el
trabajo de
Dios. Si no quieres servir a Dios, no lo hagas. Si crees que le estás
haciendo
algún favor a Dios o a Su siervo haciendo el trabajo de Dios, no lo
hagas más.
Tengo
una importante revelación que
hacerle. Es
la siguiente: "Que
trabajes o no para
Dios, el trabajo de Dios se hará. Que sirvas a Dios, o que te niegues a
servirle, el servicio de Dios se hará. Nada,
ni nadie, puede detener el
trabajo de Dios."
Deje de
chantajear, no sirve para nada.
Antes
de que
nacierais, el trabajo de Dios ya estaba en marcha, y después de
vosotros, el
trabajo de Dios se hará. Por tanto, Dios no os necesita necesariamente
para Su
trabajo. Con ustedes o no, Su trabajo se hará. Ciertamente sois
importantes
para el trabajo de Dios si eliges ser útil, pero no sois
indispensables, y
nunca lo seréis. Nadie
es indispensable.
Meditan
conmigo éste pasaje de Malaquías 1:6, 8;
13-14: "6El
hijo
honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde
está mi
honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los
ejércitos a
vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué
hemos
menospreciado tu nombre? 8Y cuando
ofrecéis el animal ciego para
el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando
ofrecéis el cojo o el
enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso
se agradará
de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos. 13…Habéis
además
dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los
ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis
ofrenda.
¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová. 14Maldito
el que
engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a
Jehová lo
dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos,
y mi nombre
es temible entre las naciones."
¿Qué
dice
Dios en éste pasaje?
El
Señor os
revela aquí que sólo se complace con ofrendas que nos cuestan, y que
constituyen un sacrificio para nosotros. Cuando no estás preparado para
ofrecer
a Dios lo que te ha costado caro, no lo amas. Cuando eres rápido para
ofrecerle
a Dios solo lo que has robado, lo que has recogido o lo que no te
sirve, te
estás burlando de Dios. Él
no acepta tales ofrendas.
Dios
no
envió a un cordero enfermo, ni a una oveja enferma, ni a un ángel, para
salvarnos, sino que envió a su único Hijo, lo más precioso que tenía.
Este es
un verdadero sacrificio, y este es el tipo de ofrenda que Dios eligió
hacer por
nosotros. ¿Por qué tenemos que darle a cambio ofrendas que no tienen
valor a
cambio? ¿Por qué debemos ofrecerle a cambio falsos sacrificios que no
nos
cuestan nada? Dios
no los aceptará.
1Crónicas
21:24
"Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino
que efectivamente la
compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo
que es tuyo,
ni sacrificaré holocausto que nada me cueste."
Por tanto, si queréis trabajar para
Dios, debéis poner en ello vuestro corazón, celo y todos vuestros
medios.
No digas que quieres trabajar para
Dios, y espera a que pongamos todo lo que necesitas a tu disposición.
Eso es querer ofrecer una bestia ciega a Dios como
sacrificio, es querer ofrecerle una
bestia coja o enferma, es querer
presentarle al Señor lo que no es
tuyo, lo que no te cuesta nada. Todo verdadero hijo de Dios debe apresurarse a
servir a Dios, porque es una gloria
servir a Dios.
Hoy
en día
hay muchos hipócritas, llamados hijos de Dios, que cuando se trata de
comprar
zapatos nuevos y caros para mostrarse, trajes nuevos y extravagantes
para la
apariencia, teléfonos celulares de moda, y otros aparatos innecesarios
y a
veces inútiles, ellos no carecen nunca de dinero. Pero tan pronto sea
necesario
hacer la obra de Dios, piden que compremos por ellos, o pongamos a su
disposición, lo que ellos llaman instrumentos de trabajo; otros piden
lo que
llaman una pequeña motivación. Están listos para presentar al Señor
solo lo
que no les pertenece.
Para
ustedes, hipócritas, que se
presentan como hijos de Dios, pero que no pueden hacer nada por Dios
sin
remuneración, tened en cuenta que no es en el Cielo de Jesucristo que
entrarán
con un corazón tan malo. Estáis en el camino al Infierno. Deja de
seducirte a
ti mismo. Tu corazón está lleno de codicia y lujuria de todo tipo.
Desea
aprovechar cada pequeña ocasión disponible para que sea una oportunidad
de
ganancia. ¡Gente codiciosa, arrepiéntanse!
Cuando
no le falta dinero para
comprar artículos de vanidad, cuando tienes recursos cada vez para
cosas
importantes a tus ojos, y que usted no tienes no los recursos solo
cuando
tienes que hacer la obra de Dios, cuando tienes tiempo cada vez para
hacer tus
propias cosas, y que no tienes tiempo cuando se trata de la obra de
Dios, usted
es uno de los que tienen
un macho en su rebaño, y que dedican y sacrifican al Señor un
animal enfermizo. Son mentirosos, verdaderos ladrones.
El
Señor no se ha sacrificado por ti
para que no puedas servirlo desinteresadamente. Si Dios esperara de
nosotros
algún material o compensación antes de sacrificar a Su Hijo unigénito
por
nosotros, nunca lo habría hecho. Y si el Hijo de Dios esperara de
nosotros
cualquier cosa material, o alguna pequeña motivación antes de morir por
nosotros, Él nunca habría venido. Es ese el verdadero amor. No puedes
pretender
amar a Dios, cuando series incapaz de hacer algo por Él sin
remuneración, o sin
hacerte rogar.
Conclusión:
Si quieres que te paguen por hacer la obra de Dios, no
lo hagas. Si quieres que te den instrumentos de trabajo y pequeñas
motivaciones
para que ustedes hagan la obra de Dios, no lo hagas. Si quieres que te
imploran
para hacer la obra de Dios, no lo hagas. Contigo o sin ti, se hará la obra de Dios. No
corromperé a ningún hombre para que él haga la obra de Dios. El día que
no haya
más hombres para hacer la obra de Dios, el Señor incluso suscitará las
piedras
para hacerlo.
3-
Mensaje a los que
sabotean la obra de Dios
También
tienes los llamados hijos de
Dios, que aceptan hacer la obra de Dios, pero que voluntariamente
eligen sabotear la obra de Dios. Significa que
éstas personas eligen voluntariamente hacer el trabajo de manera
incompleta, o
insertar consciente e intencionalmente errores en el trabajo de Dios, o
para
agregar al trabajo lo que no existe. Sepan que es una falta muy grave.
Esto no
es diferente de la blasfemia contra el Espíritu Santo. Ya sean personas
que
voluntariamente enseñan la mentira al pueblo de Dios o aquellos que
deliberadamente sabotean la obra de Dios, la finalidad es desviar
voluntariamente al pueblo de Dios; el objetivo es engañar
intencionalmente a
aquellos que buscan a Dios. Dios
nunca te perdonará eso. Nunca.
Que este mensaje quede claro para
todos los agentes de satanás que cogen tales riesgos. Tu Infierno será
proporcional a tu maldad.
4-
Mensaje a los que no
están motivados para la obra
de Dios
Para
ustedes que no están motivados
para la obra de Dios, sepan que son sus propias bendiciones las que
desprecian.
Ciertamente eres Esaús. Las bendiciones no te dicen nada por el
momento. Llega
el momento que éstas bendiciones te dirán algo, será demasiado tarde.
Las
bendiciones que desprecias hoy, las buscarás con lágrimas en los
próximos días,
en vano. Ten en cuenta que no dejarás la tierra con nada. Todo lo que
parezca
ser tu felicidad o tu orgullo ahora, te separarás de ella
voluntariamente o por
la fuerza en los próximos días. Dejaras la tierra y todo lo que posees
en ella.
No portaras nada. Incluso si lo deseas.
Meditemos
en los pasajes siguientes:
Génesis
25:29-34
"29Y guisó Jacob un
potaje; y volviendo Esaú del campo,
cansado, 30dijo a Jacob: Te ruego que me des a
comer de ese guiso
rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. 31Y
Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32Entonces
dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues,
me servirá la
primogenitura? 33Y dijo Jacob:
Júramelo en este día. Y él le
juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 34Entonces
Jacob dio a Esaú
pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y
se fue.
Así menospreció Esaú la primogenitura."
Hebreos
12:15-17 "15Mirad bien, no sea que alguno deje
de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados; 16no
sea que haya
algún fornicario, o profano, como Esaú,
que por una sola comida vendió su primogenitura. 17Porque
ya
sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue
desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la
procuró con
lágrimas."
Déjenme
explicarles quienes son Esaús. Esaús son personas
que piensan solo en el presente. El futuro no les dice nada. Lo que les
importa
es el presente, el ahora. Todo lo que quieren es lo que ven ahora sus
ojos.
Hablarles de bendiciones futuras es un poco estar tonto. No les
interesa lo que
no ven. Cuando los animamos a hacer la obra de Dios con celo,
recordándoles que
la corona está esperando a los verdaderos Soldados de Dios, preguntan
cómo
Esaú, ¿a qué me
sirve la corona? Se
acerca el momento en que la solicitarán
esta corona con lágrimas, pero
su arrepentimiento no tendrá efecto alguno. Cuando
Esaú despreció la
bendición, pensó solo en el presente, no imaginó que el futuro vendría.
El
futuro ha llegado, se ha convertido en otro presente, otro ahora, pero
es un
presente fuera de su alcance.
Jeremías 48:10
"Maldito el
que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que
detuviere de la
sangre su espada." No solo debes comprometerte a hacer la
obra del
Señor, sino hacerlo sin negligencia.
5-
Mensaje a los que se
niegan a hacer la obra de Dios
Para
aquellos que se niegan a hacer
la obra de Dios, sepan que Dios los ha creado para servirle, para hacer
Su
obra. Retengan una vez por todas que hacer la obra de Dios no es una opción para
ti, sino una obligación. Si quiere usted ser terco,
siéntase libre, y
lo comprenderá en los próximos días.
Mateo 25:24-30
"24Pero
llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te
conocía que
eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no
esparciste; 25por
lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí
tienes lo que
es tuyo. 26Respondiendo su señor, le dijo:
Siervo malo y negligente,
sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27Por
tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo,
hubiera
recibido lo que es mío con los intereses. 28Quitadle,
pues, el
talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29Porque
al que tiene,
le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será
quitado. 30Y al siervo
inútil
echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de
dientes."
¿Sabes
por qué Dios te enviará al
Infierno por negarte a hacer Su trabajo? Lo explico: la fuerza física
que
tienes, es Dios quien te la ha dado. La salud que tienes es Dios que te
la dio.
La inteligencia que tienes es Dios que te la dio. La sabiduría que
tienes es
Dios que te la dio. Y Él te dio todo esto como instrumento de trabajo,
para
servirlo. Entonces, si cojes los instrumentos de trabajo y te niegas a
trabajar, sabe lo que te espera: El llanto y el crujir de dientes en el
tormento eterno. Usted elije.
6-
Mensaje a los que
hacen la obra de Dios con alegría
Para
aquellos que aman al Señor con
todo su corazón, que temen al Señor y que trabajan para Dios con celo,
con
alegría, con abnegación y de manera totalmente desinteresada, sepan que
no
están perdiendo tu tiempo. Estas son tus bendiciones que acumulas.
Estás
construyendo tu casa en el Reino de los Cielos. Estás recogiendo
tesoros
eternos en el Cielo, donde
ni la polilla ni el orín corrompen, y
donde ladrones no minan ni hurtan.
Mateo 6:19-20. Permanece firme hasta el final, y no te
arrepentirás.
Meditemos
en los pasajes siguientes:
2Juan 1:8
"Mirad por
vosotros mismos, para que no perdáis el
fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo."
1Corintios 2:9
" Antes
bien, como está escrito: Cosas que ojo no
vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado
para los que le aman."
Vamos
a tararear este pequeño coro
que dice: "¡El Cielo
es hermoso y maravilloso, el Cielo es hermoso y
magnífico!"
7-
Última Advertencia
Tú,
que cada vez que nos contactas
espera decirnos que quieres participar en la obra de Dios, y cuando se
te da
esta oportunidad, astutamente para satisfacer los deseos de tu corazón,
pides
los llamados instrumentos de trabajo y otras ayudas de cualquier tipo,
que esta
sea la última vez. No estamos para divertirnos. Sino para trabajar por
Dios y
hacerlo con alegría. Nadie nos paga, y no suportamos a los hipócritas
codiciosos que se acercan no para trabajar, sino para satisfacer su
codicia. No
estamos listos para sobornar a nadie para hacer la obra de Dios, ni
para
pagarle a nadie para que haga la obra de Dios. Estamos listos a aceptar
en el
equipo de trabajo, a todos los que aman al Señor Jesucristo con todo su
corazón, que lo temen y que están dispuestos a trabajar para Dios con
celo, con
alegría, con abnegación y de una manera totalmente desinteresada. Si
eres uno
de ellos libremente contactarnos. Caso contrario, no nos distraiga.
¡La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor
Jesucristo con amor inalterable!
Queridos hermanos y hermanas,
Si has huido de las falsas iglesias y quieres saber qué debes hacer, aquí tienes las dos soluciones disponibles:
1- Mira si a tu alrededor hay otros Hijos de Dios que temen a Dios y desean vivir según la Sana Doctrina. Si encuentras alguno, no dudes en unirte a ellos.
2- Si no encuentras ninguno y quieres unirte a nosotros, nuestras puertas están abiertas para ti. Lo único que te pediremos es que primero leas todas las Enseñanzas que el Señor nos ha dado, y que puedes encontrar en nuestro sitio www.mcreveil.org, para asegurarte de que están en conformidad con la Biblia. Si los encuentras de acuerdo con la Biblia, y estás dispuesto a someterte a Jesucristo, y vivir según las exigencias de Su palabra, te recibiremos con gozo.
¡La gracia del Señor Jesucristo sea con vosotros!
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